Rankings

No todo es Shangai en el mundo de los rankings

logos de los principales rankings de universidades

logos de los principales rankings de universidadesEn las primeras semanas de las elecciones a Rector en la Universidad de Murcia celebradas hace unos meses, el tema de moda era la repetida frase de uno de los candidatos sobre la necesidad de situar a nuestra institución en los 500 primeros puestos del mediático Ranking de Shangai (ARWU). Fue tal la pasión que se puso en el tema que creemos se está llegando a producir un cierto efecto rebote sobre esta cuestión, comenzando a generar rechazo hacia los rankings entre los miembros de la comunidad universitaria (muchos de ellos reacios a cualquier tipo de evaluación y/o comparación de su actividad).

Suele ser habitual leer de vez en cuando la necesidad de situar a una universidad en los 500 primeros puestos del mediático Ranking de Shangai (ARWU). Es un anhelo de una parte de la comunidad universitaria y además se ha convertido en una herramienta para criticarnos por parte de algunos sectores de la sociedad (produciendo un cierto efecto rebote sobre esta cuestión y comenzando a generar rechazo hacia los rankings entre los miembros de las universidades, algunos de ellos reacios a cualquier tipo de evaluación y/o comparación de su actividad).

Lo cierto es que el citado ranking no entró bien en el mundo universitario porque vino de la mano de uno de los peores ministros que este país ha tenido (hasta hace poco vivió en un exilio dorado de embajador en París). Es por ello que suele citarse normalmente en tono despectivo y no muy bien valorado entre los universitarios, si bien ha conseguido situarse en el centro de todas las conversaciones sobre el tema y no se mencionan habitualmente a otros rankings que sí pretenden reflejar con más cercanía a nuestro mundo el estado la cuestión.

Los compañeros Teodoro Luque-Martínez, Nina Faraoni y Luis Doña-Toledo (profesores de mi segunda alma mater, la Universidad de Granada), acaban de publicar el artículo «Meta-ranking de universidades. Posicionamiento de las universidades españolas» en la Revista Española de Documentación Científica. En este trabajo los autores proponen la elaboración de un meta-ranking que recoge a las 14 universidades españolas que aparecen en al menos cuatro de los cinco rankings globales considerados de reconocida notoriedad internacional (considerando tanto datos bibliométricos como otros aspectos y otras formas de recabar datos a partir de encuestas) y en el que recogen datos de cuatro rankings más (Shangai aparte). Las universidades españolas alcanzan mejores posiciones en los primeros que en los segundos poniéndose de relieve una debilidad mayor en la internacionalización, la reputación o el ratio estudiante-profesor que en los indicadores de investigación. Representan una loable excepción las universidades que destacan en las dos dimensiones. A la vista de estas conclusiones resulta evidente la necesidad de profundizar en una mayor internacionalización, en mejorar la reputación y mejorar la visibilidad internacional de la universidad española.

Los rankings utilizados con fuente en esta investigación son:

  1. University Ranking by Academic Performance (URAP): http://www.urapcenter.org
  2. Academic Ranking of World Universities (ARWU); http://www.shanghairanking.com
  3. National Taiwan University (NTU): http://nturanking.lis.ntu.edu.tw/
  4. Times Higher Education (THE): https://www.timeshighereducation.com/world-university-rankings
  5. Quacquarelli Symonds-QS ranking (QS): http://www.topuniversities.com/university-rankings

Los tres primeros utilizan básicamente indicadores bibliométricos especialmente referidos a investigación, mientras que los otros dos (THE y QS) además de algún indicador de esta naturaleza (principalmente citas), también utilizan otros ( internacionalización, reputación, ratio estudiantes por profesor o ingresos por investigación, por ejemplo) y alguno de ellos se obtiene mediante encuestas, como los referidos a la reputación, ya sea académica o de investigación. Estos rankings están entre los más conocidos y gozan de gran notoriedad en la comunidad universitaria internacional, se publican desde hace años y sus puntuaciones son accesibles en sus páginas web. Cada uno recoge datos con matices diferentes, por ello es interesante condensarlos para llegar a generar un meta-ranking. Y una vez elaborado, aplicarlo a las universidades españolas, representándolas y consiguiendo el posicionamiento de las diferentes universidades en dicho meta-ranking.

Las universidades españolas que han sido analizadas en este estudio son las siguientes: Barcelona, Autónomas de Madrid y de Barcelona, Pompeu Fabra, Complutense, Valencia, Granada, Politécnicas de Cataluña y de Valencia, Santiago, País Vasco, Zaragoza, Sevilla y Salamanca. 

En los resultados destacan dos aspectos fundamentalmente, el alto grado de correlación existente entre los rankings y que en los rankings que consideran datos de investigación principalmente, hay 7 universidades por encima de la media. La situación empeora al considerar otros indicadores basados en encuestas y no exclusivamente relacionados con investigación, puesto que solamente la Autónoma de Barcelona está por encima de la media. Dicha universidad es la única que aparece por encima de la media en las dos dimensiones. Siempre hablando en términos comparativos con el resto de las universidades analizadas para esta solución de dos dimensiones, hay que añadir que muchas universidades que tienen un buen desempeño en investigación (Valencia, Granada, Sevilla y Zaragoza), lo tienen claramente menor en la segunda dimensión analizada.

Esperemos que dentro de pocos años, si se repite este estudio o se desarrolla otro similar, haya una décimoquinta universidad en el mismo y que sea la nuestra (más que un deseo debería de ser una obligación para nosotros).

TrustRank o la lucha ‘anti spam’

TrustRank de google, lucha contra el webspamming

La idea fundamental de este algoritmo la comentaban sucinta y claramente en alt64: «Google desea que en las primeras posiciones de los resultados de búsqueda encontremos páginas de cierta relevancia y que estén siendo recomendadas por otras páginas que a su vez también tengan relevancia. Para determinar el PageRank, Google analiza el número de enlaces que provienen de otras páginas web y su PageRank. El Trust Rank, parte de la misma base. Pero en lugar de valorar la importancia de una recomendación en función del PageRank de la página que recomienda, lo hace a partir de una serie de páginas web que han sido consideradas importantes por humanos en lugar de por algoritmos.
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‘Google bombing’

bombardeo a google - google bombing

bombardeo a google - google bombingEn los últimos meses hemos asistido al nacimiento de un nuevo término conocido como ‘Google bombing‘ (expresión que se puede traducir como «bombardeo a Google»). Este «bombardeo» consiste en introducir enlaces (ojo, de forma coordinada) a un mismo sitio web dentro de varias páginas que gozan de cierta popularidad en el buscador (páginas con Page Rank alto o relativamente alto), con el objeto de que ese sitio web aparezca en los primeros lugares de la respuesta del motor, ya que Google clasifica los documentos devueltos según su «popularidad», y si páginas que gozan de cierta popularidad recomiendan en bloque una misma página, pues esta última se convierte (por propiedad «multi-transitiva» podríamos decir) en una nueva página popular.

Espero que hayas seguido leyendo hasta aquí y que no te duela la cabeza mucho, básicamente porque ahora llega lo mejor. Si bien puede parecer normal que varios administradores de sitios web recomienden una misma página, lo que caracteriza a este fenómeno (al «bombardeo») es que ese enlace al unísono se lleva a cabo por medio de la inserción de una frase escrita en tono de broma en la página que recomienda, empleándose ese texto para enlazar hacia la otra página. ¿Qué hay de raro en ello?, pues, por ejemplo, puedes poner en tu página personal, al final y escrito de forma más o menos disimulada para no mezclar este enlace con el resto del contenido de la página, un texto que diga «Obviously, I think too that George Bush is a miserable failure» (parafraseando lo que dijo hace tiempo el candidato demócrata John Kerry sobre el POTUS). Este texto «casi oculto» te traslada a la biografía de George W. Bush, 43º Presidente de los Estados Unidos de América, uno de los peores de la historia.

La gracia del «bombardeo» reside precisamente en que si vamos a Google e insertamos la búsqueda «miserable failure«, la primera página devuelta es esa biografía. Y lo más chocante a primera vista es que en esa página no aparece ni por asomo esa expresión (que podría traducirse como «miserable fracasado», más concretamente en política exterior, tal como decía Kerry). ¿Qué está pasando? ¿Falla Google? ¿Se ha descubierto la manera de enturbiar la gloriosa vida de este buscador?. En realidad no pasa nada más que lo que tenía que pasar, Google es capaz de recomendar la visita a sitios que ni siquiera ha visitado o que no poseen los términos de la ecuación planteada (a la vista está). ¿Por qué se atreve a hacerlo?, básicamente porque el buscador confía en la credibilidad de los administradores de sitios que llevan a cabo estos enlaces y si los mismos deciden «engañarle», pues el motor cae en la trampa sin ningún pudor y de forma irremediable.

Pero la gracia del «bombardeo» no se queda ahí. En este caso, la contribución de mi página es escasa y tardía a este «bombing». Ha habido otros antes, uno famoso dedicado a un «hacker sin futuro ni imaginación» que terminó recibiendo una vista del FBI y, como no podía ser de otro modo, a Bill Gates a quien enlazaban desde el texto de una archiconocida canción de los Rolling Stones), porque ya se encargaron los administradores de sitios webs mucho más populares (el cineasta Michael Moore a la cabeza), de provocarlo. Posteriormente, alguno de estos famosos personajes deja «caer» esta noticia a un periodista y rápidamente todas las televisiones del mundo lo están emitiendo, ante el gran impacto mediático que tiene este buscador y las personas involucradas.

¿Qué hacer al respecto? Mi opinión personal es que nada debe hacerse y que Google no debe corregir su algoritmo para evitar este problema, entre otras muchas razones porque ¿alguien en su sano juicio piensa que George W. Bush no es un pobre FRACASADO miserable? No obstante, se trata de una moda, y como tal desaparecerá y dejará sitio a otra nueva, ya sabemos que el tiempo en la red es cuestión de eso, de poco tiempo. Otro día hablaremos de Page Rank y de toda la serie de trucos que se vienen llevando a cabo para ganar «popularidad» ante este algoritmo, eso ya es otro cantar.